Técnicas de Dirección de un Líder  

"Cuando no se sabe lo que pasa o uno no quiere cambiar lo que se dice, es que el problema es muy complejo"


Un líder debe dirigir de la mejor manera al equipo de trabajo para que logre efectividad. El uso de técnicas es una forma efectiva para ello. A continuación, algunas tácticas que se pueden poner en práctica: 


Dirigir con valores compartidos: se debe definir la filosofía o cultura que se quiere desarrollar en la empresa en cuanto a los hábitos entre los colaboradores para con los clientes o proveedores. Habrá que mantener esta cultura o forma de pensar y actuar, revisándola periódicamente, reconociendo a los que la siguen y presionando a los que la omiten, llegando si fuera preciso a prescindir de ellos.

Premiar conductas o acciones: las conductas o acciones deben ser reconocidas y premiadas para exaltar el compromiso o el éxito y empujar al resto del equipo a conseguir un premio por una acción. El líder debe ser capaz de reconocer las siguientes acciones entre su equipo (1) búsqueda de soluciones; (2)  demostración de la capacidad de rectificar, recuperar y compensar errores; (3) búsqueda de la calidad del producto, servicio y atención al cliente; (4) la  productividad en gastos y costes; (5) la simplificación y agilidad en los procesos; (6) el cumplimento de compromisos y plazos; (7) la delegación con éxito; (8) la planificación para evitar riesgos; (9) el tiempo de formación del equipo; (10) el ahorro en el uso del tiempo; y (11) el logro de un ambiente agradable dentro del departamento.

Perseguir conductas y corregirlas: un líder debe atacar de frente y poner una solución a situaciones como (1) el mal ejemplo; (2) actividades en pasillos que crean rumores o faltas de respeto hacia otros; (3) imposiciones o amenazas; (4) a los que siempre lo saben todo; (5) a las quejas que no llevan alternativas; y (6) a los que no aplican los controles establecidos por la empresa.

Dirigir y motivar al mismo tiempo: un líder debe de saber aplicar el modelo del enamoramiento con su equipo de trabajo donde primero se les atrae, luego se les satisface sus necesidades y posteriormente se les intenta retener ganándose su fidelidad.

Dirigir a su equipo a trabajar a gusto: un líder debe buscar las tácticas necesarias para hacer que el equipo se sienta a gusto con la labor desempeñada. Algunas tácticas que puede poner en práctica serían (1) una buena remuneración económica o especie con políticas claras, justas y accesibles; (2) sortear o regalar premios que beneficien al colaborador o a su familia; (3) asignar tareas de interés que brinden status según la capacidad de cada uno de los miembros del equipo; (4) asignar un esfuerzo grupal en donde los colaboradores sientan que pertenecen a un equipo y a una empresa, que son respectados, aceptados y útiles para los otros o para sociedad o comunidad; y (5) asignar recompensas grupales cuando el equipo acumule puntos por buena organización, buen cumplimiento de metas, buen comportamiento (no conflictos internos dentro del departamento), entre otros.


Mantener la moral de los colaboradores: un líder debe siempre mantener la moral de su equipo para alcanzar una efectividad, debe aplicar las siguientes normas para consigo mismo y para su equipo (1) la preocupación por el individuo mediante el TU a TU; (2) mantener una disciplina justa, que se puedan explicar las promociones, premios y sanciones, porque hay una medida justa objetiva; (3) mantener el dominio sobre sí mismo creando en las relaciones un ambiente agradable; (4) informar de forma honesta la marcha de la empresa, transmitiendo  honestidad; (5) mantener la organización de la comunicación; (6) responder con agilidad a las preguntas, solicitudes y propuestas del equipo de trabajo; (7) corregir con actitud y aptitud el error a quien lo cometió; (8) ser tolerante con los errores de los que tienen éxito; (9) medir y premiar por los éxitos continuados y no sólo por la dedicación; (10) tener un trato cordial y mucho sentido del humor; y (11) no hablar mal de nadie ni ante terceros.

Implementar los diez mandamientos para motivar: (1) que la remuneración y los incentivos valgan la pena, compensen el esfuerzo y el éxito; (2) que la tarea en sí misma despierte interés, que pueda dar sus sugerencias, mejorar su propia organización, hacer que se sienta útil; (3) que el lugar de trabajo sea cómodo y agradable; (4) que el ambiente que respire le empuje al esfuerzo sin tensiones; (5) que haya futuro profesional, posibilidad de demostrar y mejorar; (6) que no haya caza de culpables; (7) trato cordial sin descalificaciones; (8) no se habla mal de terceras personas ausentes; (9) hacer notar que hay preocupación por el colaborador y por el grupo para facilitar su integración; (10) que el trabajo es en equipo, todos ganan o todos pierden.

Influir en la conducta del colaborador: un líder debe influir en la conducta de su equipo mediante acciones que le generen valor a la labor desempeñada estableciendo (1) un premio que principalmente satisfaga una necesidad prioritaria; (2) una aptitud ante una necesidad propia del colaborador; (3) una actitud que sea compatible con el entorno que desee el colaborador; (4) una necesidad cubierta que marcará el equilibrio o estado de crisis en cuanto al trabajo y sus compañeros de departamento; (5) un valor tanto estético como ético que influirán en sus necesidades propias; (6) una satisfacción realizada que encuentre con su tarea, sus compañeros, el clima y hasta con su propio líder; y (7) una vocación descubierta en cuanto con su trabajo ya que sería una parte de su propia motivación.



En síntesis, un líder debe conocer y reconocer las cinco necesidades básicas que todos los seres humanos necesitamos satisfacer para repetir el esfuerzo y el éxito que son: Clima, Detalles, Remuneración, Reconocimiento y Participación