Reuniones Efectivas: Contenido versus Dirección
“Una idea emitida es una idea aceptada. Una idea mala vale más que ninguna
idea. Una idea se mejora y combina con otras. Entonces una idea se modifica,
combina y devuelve”
Las reuniones forman parte de la rutina
diaria y del tiempo porque son la manera en que se toman decisiones, se planean
y lleva a cabo el trabajo a realizar. En una empresa se realizan muchos tipos
de reuniones, algunas de ellas son las mensuales de informes, las de tareas
especiales, las de acciones urgentes, las de los comités, y las de proyectos
inesperados.
Pero, ¿Por qué son tediosas las reuniones? Hay
reuniones que duran toda la eternidad y nunca se llegan a concretar las
decisiones. En otras, alguien interrumpe y desvía el tema, o la persona que la
guía tiene sólo opiniones propias y no les da importancia a las de los demás, y
en otras se duró más de lo previsto y cuando terminó no se concretó nada y generó
insatisfacción y frustración entre los participantes.
En la mayoría de las reuniones se pierde el tiempo por
muchas razones, las principales causas de pérdida de tiempo son: no tener
planificación del tiempo, no tener objetivos concretos, no contar con una
agenda detallada, no contar con la selección correcta de los
participantes, no contar con un espacio
propio, tener una hora inadecuada, tener interrupciones inapropiadas, y no
contar con la información suficiente.
No existe un método mágico para aplicar
en las reuniones y que este sea efectivo; depende de cada dirigente y en su habilidad para crear
una estrategia dinámica basada en el tema a tratar y en las
personalidades de los participantes. El o la organizadora de la reunión puede
ser cualquiera siempre y cuando tenga un objetivo fijo con una estrategia. Por lo general las
reuniones sirven para tomar de decisiones y planificar algo; por tanto hay que
implementarles el ingrediente de dinamismo, de cordialidad, de innovación y de
utilidad, para así lograr alcanzar el objetivo y las metas de la misma.
Una reunión está compuesta por varias
partes, que tienen igual importancia: la planificación que está enfocada a la agenda y las
metas; la logística que está enfocada al modo operandi de la sesión o sea, la estrategia para
captar atención y poder tomar decisiones efectivas; y los principios y habilidades del dirigente para
presidir la reunión. Todos estos aspectos producen un impacto en la
participación e involucramiento de los participantes.
La dirección de la reunión debe
enfocarse a prestar atención a todos los detalles que componen la sesión ya que
su efectividad dependerá que el grupo pueda o no realizar las cosas, resolver
problemas, manejarse de manera que promueva un sentimiento de inclusión y
seguridad y que cree un sentido de comunidad.
Para dirigir o presidir una reunión efectiva se debe contar con una habilidad de dirección que se mejora a través
del tiempo y la práctica. No es solo cubrir los temas programados, es también
ser el responsable del bienestar del grupo y los miembros que lo
conforman. Esto requiere que se preste la debida atención a las dinámicas
o estrategias del grupo. Cuando se obtiene un buen trabajo o proyecto, es
porque hubo una buena dirección en una reunión.
Una reunión efectiva es aquella que presta atención a las etapas que la componen: planificación (agenda y metas), organización de la
reunión (logística), manejo y guía de la reunión (presidir / facilitar), y seguimiento
(de los puntos acordados en la reunión).